Los términos tradición de las tumbas de tiro o cultura
de las tumbas de tiro se
refieren a un conjunto de rasgos culturales interconectados que se han
encontrado en los estados mexicanos de Jalisco, Nayarit, Colima y Michoacán.
Se ha datado entre los años 300/200 a.C. y 400/600 d.C. de la era cristiana. Una buena
parte de los objetos producidos por los portadores de esta cultura ha sido
encontrado fuera de contexto arqueológico, debido a la actividad de saqueadores
de tumbas cuyos entierros han sido vendidos al mercado negro. El mayor entierro
asociado a esta tradición fue encontrado en 1993, en Huitzilapa (Jalisco).
Aunque en
un principio se asoció a la cerámica de las tumbas de tiro con los tarascos, contemporáneos de los mexicas; hasta
mediados del siglo XX se descubrió que estos objetos eran anteriores por lo
menos en mil años. Hasta hace relativamente poco tiempo, lo único que se
conocía de los portadores de la tradición de tumbas de tiro eran los objetos de
cerámica y que enterraban a sus muertos en galerías excavadas en el suelo (de
donde el nombre de esta tradición). Casi desconocida, la mayor colección de la
cerámica clásica del Occidente de Mesoamérica fue presentada en 1998, con el
subtítulo de Art and
Archaeology of the Unknown Past. En la actualidad se sabe que la tradición
de las tumbas de tiro no caracteriza a un área cultural unificada, aunque muchos arqueólogos
continúan identificando con este nombre a los pueblos que vivieron en el
occidente de Mesoamérica durante el Preclásico y el Clásico.
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